lunes, 11 de febrero de 2019

8M Huelga Feminista Abolicionista

Hace justo un año de la primera Asamblea Feminista Unitaria de Sevilla, (AFUS). Empecé a trabajar en la organización de esta asamblea en 2107, compartiendo la idea con tres amigas y el apoyo de la Asociación de Mujeres Supervivientes, con el objetivo de coordinar acciones contra las violencias machistas entre los diversos y dispersos colectivos feministas de la ciudad, que por aquel entonces no eran capaces de manifestarse juntas ni siquiera el 8 de marzo; objetivo que superó con creces las expectativas desde que empecé a participar en la Comisión Estatal de Difusión de la Huelga Feminista 8M y acordamos incluir la Huelga Feminista en el orden del día.
Enlace a la creación de AFUS )

Va a hacer un año también de mi primera denuncia, por falta de respeto a los acuerdos, en esta asamblea que casi desde sus comienzos se convirtió en la Comisión 8M de la Huelga Feminista en Sevilla: A finales de enero, con decenas de feministas reunidas en La Insumisa, una mujer ofrecía una donación de 500 euros de Calala Fondo de la Mujer; una propuesta que tuvo muy buena acogida, por una asamblea que me dio la razón cuando propuse no admitir el donativo sin tener antes información de Calala y de sus posibles vinculaciones políticas. A pesar de este acuerdo, dos días antes de la asamblea del 8 de febrero de que debía consensuarlo, ya disponíamos de estos 500 euros en una cuenta corriente. La preocupación que expresé en la siguiente asamblea por esta falta de democracia, pasó casi inadvertida entre la alegría de mis compañeras por disponer de financiación para los carteles. Lo que para mí era quitar soberanía a la asamblea, algo grave, para la mayoría era un error sin importancia, disculpado por las prisas o un hipotético desconocimiento de la organización asamblearia.
(Hoy sabemos que Calala es uno de los colectivos que apoyan al sindicato proxeneta OTRAS)




Y así ha ido pasando, sucesivamente, a lo largo de este año, cada vez que denunciaba en los plenarios de AFUS las faltas de respeto a los acuerdos. La siguiente fue la jornada de la huelga feminista, justo en el momento de la lectura del manifiesto de la Comisión 8 M consensuado en AFUS, en la concentración en la Plaza del Duque. Mis compañeras de la Comisión de Comunicación de AFUS deciden descartar dicho manifiesto y leer en su lugar unas palabras escritas por Rocío Medina, (una de las portavoces de Podemos mas expuestas en la defensa de la legalización de la prostitución) para su programa de radio. Cuando Giulia me pidió mi voto a favor se lo negué; dije que si querían leer ese texto no me opondría, eran unas emotivas palabras, pero les pedí por favor que no lo presentasen como manifiesto, pues no lo era y sería una ofensa a la organización horizontal. No hicieron ningún caso.
Se ignoró mi posterior denuncia en la Comisión 8M local, igual que se ignoró otra denuncia de una compañera de Alicante, en la Coordinación Estatal de la Huelga Feminista, que alertaba de que el manifiesto de Vaga 8M hablaba de trabajo sexual. Llegadas a este punto, conviene pararse un momento. Porque todos los acuerdos que tomamos trabajando juntas desde nuestra diversidad en la Huelga Feminista, fueron posibles gracias a un consenso de "silencio"; un acuerdo de "no posicionamiento" en dos temas en los que había disenso: prostitución y vientres de alquiler. Y es así como las feministas abolicionistas (perdonen la redundancia pero son exigencias de estos tiempos) asumimos en favor de la unidad excluir dos temas tan elementales de las reivindicaciones de la Huelga 8M 2018. Como feminista abolicionista, tuve que ceder por la unidad; me costó mucho trabajo explicar esta postura frente a a otras abolicionistas, que se negaban a asumir ese consenso (como la Plataforma 8 de Marzo y la Plataforma Contra las Violencias Machistas). Y lo hice encantada para favorecer la tan necesaria unidad para el éxito de la huelga. Hasta que observé que la minoría de mujeres que defendían legalizar la prostitución (hablar de la explotación sexual como un trabajo es un claro posicionamiento) se pasaban ese consenso por el forro de las bragas. Porque un consenso que silencia a una mayoría abolicionistas y sirve de altavoz a una minoría pro-prostitución, no es consenso, sino mordaza.

En Abril llegó la Feria, y con ella la deserción de la mayoría de mis compañeras; de las Comisiones de la coordinación estatal, pero también de las locales. Y es así como esa minoría pro-prostitución, que aplica la ley del embudo a los consensos, encontró poca resistencia para instrumentalizar la Huelga Feminista en favor de la industria sexual, disfrazándola de lucha obrera.

En Mayo de 2018 esta estrategia de manipulación se hizo no solo evidente, también se hizo pública. La polémica estalla cuando se utilizan las redes de AFUS para anunciar a bombo y platillo una conferencia a favor de legalizar la prostitución que el Colectivo de Prostitutas de Sevilla (CPS) impartía de la mano de la portavoz de Podemos, Rocío Medina. (Enlace a artículo de El Confidencial ) Las abolicionistas que protestamos fuimos abucheadas e insultadas, víctimas de una violencia verbal nunca antes vista en un colectivo feminista. Muchas compañeras abandonaron AFUS entonces, para no volver... Yo resistí aún unos meses, viendo como esa minoría regulacionista se convertía en mayoría, ante la deserción de unas y la indiferencia de otras a protestas y denuncias. Resistí, viendo como esa minoría manipulaban los turnos de palabra y el orden del día una y otra vez en AFUS según sus intereses; presenciando como se autoproclamaban portavoces de AFUS en el Encuentro Estatal de Mérida, de una Comisión, la de Evaluación, en la que ni siquiera habían participado, enterrando el trabajo de las que sí lo habíamos hecho; y sufriendo la incoherencia de las compañeras que reivindican la inclusión de diversidad de feminismoS a la vez que excluían de forma sibilina la voz del feminismo radical. Resistí en la coordinación de la Huelga Feminista, concretamente en la Comisión de Evaluación, hasta el Encuentro Estatal de Xixón. Y en AFUS, hasta que llegó Noviembre y la organización del 25N: El Movimiento Feminista de Sevilla, que incluye numerosos colectivos feministas que nunca asumieron el consenso-mordaza, llamó a salir el Día Contra las Violencias Machistas con un manifiesto que no excluía ni la prostitución ni los vientres de alquiler, por lo que AFUS proponía un recorrido paralelo y un manifiesto que sí excluyese a las víctimas de estas violencias machistas, siempre justificándose en un sacrosanto consenso que profanan a su antojo. Con unos niveles de hipocresía increíbles: En la misma asamblea en la que llaman "recorrido paralelo" a una contra-programación  en toda regla, (las que presumen de unidad) la Comisión de Acción Directa propone boicotear la campaña del Ayto. de Sevilla contra la prostitución; un boicot que ya entonces lideraba  CPS porque la campaña iba enfocada a los puteros y eso ataca a sus "clientes" (así llaman a los hombres prostituyentes).


Si nos enfadamos porque rompen el consenso con tanto descaro, es que las abolicionistas somos conflictivas, puritanas, excluyentes, putófobas... Nunca me habían insultado tanto, como dentro del feminismo desde que el lobby proxeneta se ha infiltrado. En esa última asamblea para mí en AFUS, pedí organizar un debate que buscase un punto de acuerdo entre abolicionistas y regulacionistas, partiendo de la trata de personas, algo en lo que yo, ingenuamente, creía fácil conseguir un consenso en contra; pero también vetaron ese debate, porque eso ya era posicionarse e iba en contra del consenso Guadiana, ese que aparece y desaparece... 
No es un consenso, es un caballo de Troya. En Sevilla, el 25N se vio lo que había dentro del caballo cuando descubrimos que el "recorrido pararelo" que proponía la Comisión 8m de Sevilla era en realidad un bloque pro-prostitución organizado de la mano de CPS.





Meses después el conflicto estalló en Barcelona, una semana antes del encuentro estatal en Valencia. La violencia para imponer el término "trabajo sexual" en el manifiesto llegó a ser física. Pero eso lo cuentan mejor las que lo vivieron/ lo están viviendo en primera persona; escuchadlas.


Desde el encuentro estatal en Valencia está siendo imposible seguir invisibilizando la indignación de las feministas abolicionistas, que ahora ya desde todos los rincones del país, denunciamos la infiltración de la industria sexual en el feminismo en general, y en la huelga feminista 8M en particular.

Un análisis simplista y equivocado de lo que está pasando en la huelga feminista 8M habla de una guerra entre dos posturas feministas en la que además existe un bando equidistante. Pero no. Es la guerra del lobby proxeneta contra el feminismo y hay todo un sistema prostituyente interesado en que así sea. Y si no te posicionas, ya lo has hecho, y del lado del opresor.
 ¡Fuera el Proxenetismo Del 8 M


Enlace a entrada relacionada: Regulacionistas en el 8M de Sevilla