viernes, 7 de febrero de 2020

TERF es un insulto machista

El feminismo pone en jaque al Sistema porque el capitalismo se sostiene gracias al trabajo no remunerado de cuidados que ejercen la mitad de la población: Las mujeres. 
El proletario del proletariado, nos llamaba Flora Tristán. El capitalismo no puede consentir que las feministas erradiquemos el sexismo con el que el patriarcado, el mayor aliado del capitalismo, reparte los espacios en la sociedad entre hombres y mujeres, o se les acabaría el chollo. 
Por eso, últimamente las creadoras de opinión del Sistema, los medios de comunicación de masas, hablan de una división en el feminismo, en el que nos clasifican entre buenas feministas y malas feministas; y las malas somos, por supuesto, las feministas radicales: las que identificamos el #sexo como el atributo en el que basan esa división en castas. Una separación que interiorizamos desde que nacemos, a través del #género impuesto, masculino para hombres y femenino para mujeres: A nosotras nos visten de rosa, nos agujerean las orejas (como al ganado de su propiedad) y nos regalan muñecas bebés y cocinitas para que vayamos aprendiendo a cuidar; y barbies, con muchos modelitos, y bellas princesas dulces y sumisas, como referente de la adulta a la que hay que aspirar. 
Y así crecemos, creyéndonos educadas en igualdad, pero predestinadas, por haber nacido mujer (y no por sentirnos mujer). 

Crecemos, creyendo también que elegimos en libertad. JA. "No hay esclava más fiel que la que se cree libre". Las radfem aplaudimos cualquier disidencia de género (queer). No puede ser de otra manera cuando nuestro objetivo final es abolirlo. No estamos en contra de las personas trans, como pretenden haceros creer para que nos enviéis a la lista negra de seres crueles. Nosotras mejor que nadie entendemos el sufrimiento, la discriminación y la violencia que genera el género impuesto. Pero lo que no podemos es aceptar la llamada "Teoría Queer" que pretende naturalizar el sexismo hablando de cerebros sexuados (una falsedad que la ciencia ha demostrado empíricamente) deconstruyendo el género, pero para imponerlo al fin y al cabo.
TERF, SWERF, son los nuevos insultos machistas para intentar deshumanizar a las feministas radicales y deslegitimar nuestras reivindicaciones ante la opinión pública (ya con el de feminazi lo intentaron y no lo consiguieron) ante la amenaza de la cuarta ola. Como los barcos se hunden mejor desde dentro, su estrategia es apoderarse del sujeto político de nuestra lucha. Y lo están consiguiendo con la trampa de la interseccionalidad, pero una interseccionalidad también de deconstruida, que acepta como feminista una teoría ¡y su contraria! Un despropósito posmodernista, una broma de mal gusto, un mal chiste que no tiene ni putera gracia. Y sino, juzgad vosotras mismas, en el siguiente enlace os dejo una recopilación de "feminismo transactivista" ➡️ TERF es un insulto

lunes, 11 de febrero de 2019

8M Huelga Feminista Abolicionista

Hace justo un año de la primera Asamblea Feminista Unitaria de Sevilla, (AFUS). Empecé a trabajar en la organización de esta asamblea en 2107, compartiendo la idea con tres amigas y el apoyo de la Asociación de Mujeres Supervivientes, con el objetivo de coordinar acciones contra las violencias machistas entre los diversos y dispersos colectivos feministas de la ciudad, que por aquel entonces no eran capaces de manifestarse juntas ni siquiera el 8 de marzo; objetivo que superó con creces las expectativas desde que empecé a participar en la Comisión Estatal de Difusión de la Huelga Feminista 8M y acordamos incluir la Huelga Feminista en el orden del día.
Enlace a la creación de AFUS )

Va a hacer un año también de mi primera denuncia, por falta de respeto a los acuerdos, en esta asamblea que casi desde sus comienzos se convirtió en la Comisión 8M de la Huelga Feminista en Sevilla: A finales de enero, con decenas de feministas reunidas en La Insumisa, una mujer ofrecía una donación de 500 euros de Calala Fondo de la Mujer; una propuesta que tuvo muy buena acogida, por una asamblea que me dio la razón cuando propuse no admitir el donativo sin tener antes información de Calala y de sus posibles vinculaciones políticas. A pesar de este acuerdo, dos días antes de la asamblea del 8 de febrero de que debía consensuarlo, ya disponíamos de estos 500 euros en una cuenta corriente. La preocupación que expresé en la siguiente asamblea por esta falta de democracia, pasó casi inadvertida entre la alegría de mis compañeras por disponer de financiación para los carteles. Lo que para mí era quitar soberanía a la asamblea, algo grave, para la mayoría era un error sin importancia, disculpado por las prisas o un hipotético desconocimiento de la organización asamblearia.
(Hoy sabemos que Calala es uno de los colectivos que apoyan al sindicato proxeneta OTRAS)




Y así ha ido pasando, sucesivamente, a lo largo de este año, cada vez que denunciaba en los plenarios de AFUS las faltas de respeto a los acuerdos. La siguiente fue la jornada de la huelga feminista, justo en el momento de la lectura del manifiesto de la Comisión 8 M consensuado en AFUS, en la concentración en la Plaza del Duque. Mis compañeras de la Comisión de Comunicación de AFUS deciden descartar dicho manifiesto y leer en su lugar unas palabras escritas por Rocío Medina, (una de las portavoces de Podemos mas expuestas en la defensa de la legalización de la prostitución) para su programa de radio. Cuando Giulia me pidió mi voto a favor se lo negué; dije que si querían leer ese texto no me opondría, eran unas emotivas palabras, pero les pedí por favor que no lo presentasen como manifiesto, pues no lo era y sería una ofensa a la organización horizontal. No hicieron ningún caso.
Se ignoró mi posterior denuncia en la Comisión 8M local, igual que se ignoró otra denuncia de una compañera de Alicante, en la Coordinación Estatal de la Huelga Feminista, que alertaba de que el manifiesto de Vaga 8M hablaba de trabajo sexual. Llegadas a este punto, conviene pararse un momento. Porque todos los acuerdos que tomamos trabajando juntas desde nuestra diversidad en la Huelga Feminista, fueron posibles gracias a un consenso de "silencio"; un acuerdo de "no posicionamiento" en dos temas en los que había disenso: prostitución y vientres de alquiler. Y es así como las feministas abolicionistas (perdonen la redundancia pero son exigencias de estos tiempos) asumimos en favor de la unidad excluir dos temas tan elementales de las reivindicaciones de la Huelga 8M 2018. Como feminista abolicionista, tuve que ceder por la unidad; me costó mucho trabajo explicar esta postura frente a a otras abolicionistas, que se negaban a asumir ese consenso (como la Plataforma 8 de Marzo y la Plataforma Contra las Violencias Machistas). Y lo hice encantada para favorecer la tan necesaria unidad para el éxito de la huelga. Hasta que observé que la minoría de mujeres que defendían legalizar la prostitución (hablar de la explotación sexual como un trabajo es un claro posicionamiento) se pasaban ese consenso por el forro de las bragas. Porque un consenso que silencia a una mayoría abolicionistas y sirve de altavoz a una minoría pro-prostitución, no es consenso, sino mordaza.

En Abril llegó la Feria, y con ella la deserción de la mayoría de mis compañeras; de las Comisiones de la coordinación estatal, pero también de las locales. Y es así como esa minoría pro-prostitución, que aplica la ley del embudo a los consensos, encontró poca resistencia para instrumentalizar la Huelga Feminista en favor de la industria sexual, disfrazándola de lucha obrera.

En Mayo de 2018 esta estrategia de manipulación se hizo no solo evidente, también se hizo pública. La polémica estalla cuando se utilizan las redes de AFUS para anunciar a bombo y platillo una conferencia a favor de legalizar la prostitución que el Colectivo de Prostitutas de Sevilla (CPS) impartía de la mano de la portavoz de Podemos, Rocío Medina. (Enlace a artículo de El Confidencial ) Las abolicionistas que protestamos fuimos abucheadas e insultadas, víctimas de una violencia verbal nunca antes vista en un colectivo feminista. Muchas compañeras abandonaron AFUS entonces, para no volver... Yo resistí aún unos meses, viendo como esa minoría regulacionista se convertía en mayoría, ante la deserción de unas y la indiferencia de otras a protestas y denuncias. Resistí, viendo como esa minoría manipulaban los turnos de palabra y el orden del día una y otra vez en AFUS según sus intereses; presenciando como se autoproclamaban portavoces de AFUS en el Encuentro Estatal de Mérida, de una Comisión, la de Evaluación, en la que ni siquiera habían participado, enterrando el trabajo de las que sí lo habíamos hecho; y sufriendo la incoherencia de las compañeras que reivindican la inclusión de diversidad de feminismoS a la vez que excluían de forma sibilina la voz del feminismo radical. Resistí en la coordinación de la Huelga Feminista, concretamente en la Comisión de Evaluación, hasta el Encuentro Estatal de Xixón. Y en AFUS, hasta que llegó Noviembre y la organización del 25N: El Movimiento Feminista de Sevilla, que incluye numerosos colectivos feministas que nunca asumieron el consenso-mordaza, llamó a salir el Día Contra las Violencias Machistas con un manifiesto que no excluía ni la prostitución ni los vientres de alquiler, por lo que AFUS proponía un recorrido paralelo y un manifiesto que sí excluyese a las víctimas de estas violencias machistas, siempre justificándose en un sacrosanto consenso que profanan a su antojo. Con unos niveles de hipocresía increíbles: En la misma asamblea en la que llaman "recorrido paralelo" a una contra-programación  en toda regla, (las que presumen de unidad) la Comisión de Acción Directa propone boicotear la campaña del Ayto. de Sevilla contra la prostitución; un boicot que ya entonces lideraba  CPS porque la campaña iba enfocada a los puteros y eso ataca a sus "clientes" (así llaman a los hombres prostituyentes).


Si nos enfadamos porque rompen el consenso con tanto descaro, es que las abolicionistas somos conflictivas, puritanas, excluyentes, putófobas... Nunca me habían insultado tanto, como dentro del feminismo desde que el lobby proxeneta se ha infiltrado. En esa última asamblea para mí en AFUS, pedí organizar un debate que buscase un punto de acuerdo entre abolicionistas y regulacionistas, partiendo de la trata de personas, algo en lo que yo, ingenuamente, creía fácil conseguir un consenso en contra; pero también vetaron ese debate, porque eso ya era posicionarse e iba en contra del consenso Guadiana, ese que aparece y desaparece... 
No es un consenso, es un caballo de Troya. En Sevilla, el 25N se vio lo que había dentro del caballo cuando descubrimos que el "recorrido pararelo" que proponía la Comisión 8m de Sevilla era en realidad un bloque pro-prostitución organizado de la mano de CPS.





Meses después el conflicto estalló en Barcelona, una semana antes del encuentro estatal en Valencia. La violencia para imponer el término "trabajo sexual" en el manifiesto llegó a ser física. Pero eso lo cuentan mejor las que lo vivieron/ lo están viviendo en primera persona; escuchadlas.


Desde el encuentro estatal en Valencia está siendo imposible seguir invisibilizando la indignación de las feministas abolicionistas, que ahora ya desde todos los rincones del país, denunciamos la infiltración de la industria sexual en el feminismo en general, y en la huelga feminista 8M en particular.

Un análisis simplista y equivocado de lo que está pasando en la huelga feminista 8M habla de una guerra entre dos posturas feministas en la que además existe un bando equidistante. Pero no. Es la guerra del lobby proxeneta contra el feminismo y hay todo un sistema prostituyente interesado en que así sea. Y si no te posicionas, ya lo has hecho, y del lado del opresor.
 ¡Fuera el Proxenetismo Del 8 M


Enlace a entrada relacionada: Regulacionistas en el 8M de Sevilla


lunes, 12 de noviembre de 2018

Regulacionistas en el 8M de Sevilla

Si la prostitución fuera un trabajo como otro cualquiera, te podrían pedir sexo como parte de tu trabajo. Imagina por un momento esa cláusula en tu contrato de camarera o secretaria. O de investigadora en la universidad, en tu contrato de ingeniera o de médico o de lo que sea... Tú dales los medios y déjales a ellos la imaginación. Y digo ellos, porque a día de hoy, la mayoría de los puestos directivos continúan en manos de hombres. Dejarían de existir las denuncias al jefe por acoso sexual, porque sencillamente dejaría de existir el acoso laboral para pasar a ser "un trabajo como otro cualquiera". Por supuesto no tendrías derecho a indignarte en la oficina de empleo si te dicen que según tu perfil y el mercado actual, lo mejor que tienen para ti es un puesto de puta. Puede que hasta APROSEX, la patronal del sindicato OTRAS, te capacite profesionalmente con sus cursos para ejercer la prostitución. Pero ya no pagarías por el curso como ahora, estaría subvencionado por los fondos estatales para la creación de empleo, como otro trabajo cualquiera. Nadie te obligaría a firmar ese contrato, claro, elegirías libremente. Pero no te quejes si te penalizan y te quitan tu subsidio de desempleo por negarte a aceptar un trabajo como otro cualquiera.

¿Te parecería bien que a tu hija/sobrina/hermana, le diesen charlas en el instituto las captadoras de "trabajadoras sexuales" para burdeles? Eso también sería normal si la prostitución fuera un trabajo como otro cualquiera. Si lo fuera. Pero no lo es. Digan lo que digan los discursos repetitivos y vacíos de las defensoras de la regulación, la prostitución no es un trabajo. Esos discursos siempre se quedan cojos porque desde la normalización de la terrible desigualdad que genera la alianza de capitalismo y patriarcado, dicen elegir libremente. ¡JA! Que recurrente el mito de la libre elección. Solo unas pocas mujeres de todas las que están en situación de prostitución dicen ejercerla libremente, pero esas son las que tienen los micrófonos. A poco que escarbas en el patrocinio de esos y otros recursos, encuentras al verdadero beneficiado de las voceras: el proxenetismo. Pero a ellas les vale, porque la mayoría no escarba y se quedan fascinadas con el empoderamiento, la autogestión y la libre elección de estas mujeres prostituidas. Y es así como hasta los nostálgicos de la lucha obrera organizada apoyan, como en otro trabajo cualquiera ¿Cuantas de estas prostitutas regulacionistas "autogestionadas" recomendarían ese trabajo como otro cualquiera a su hija? No dudes que las habrá, aunque pocas. Algunas en su discurso de "puta empoderada y orgullosa" te dirán que sí, si su hija lo elige libremente, como otro trabajo cualquiera. Y si no te cuadra imaginarte a tu hija chupando pollas a desconocidos es que eres una puritana, ese no es su problema.
El rollito de la "libre elección" suena muy bien mientras sea otra la que sufra las circunstancias que te llevan a esa opción o la que es secuestrada por las mafias y encerrada en un burdel sin pasaporte; Mientras sea de otra el cuerpo que presta el servicio al patriarcado, que al final es de lo que se trata. Frente a las historias de las terribles vejaciones y violencias que sufren la mayoría de las mujeres en situación de prostitución, los sermones libertadores de unas pocas son música celestial. Muchas de "mis compañeras" feministas del 8M de Sevilla bailan al son de la explotación laboral disfrazada de lucha obrera.
Pero que no os engañen: Las personas no somos capaces de separar nuestra psiquis de nuestro cuerpo de 12 a 8 para satisfacer los deseos sexuales de los clientes y seguir con nuestra vida, felices, como en otro trabajo cualquiera. Al menos no todas. Y si bien no somos todas putas, por mucho que diga Silvia Federici, si que nos convertiríamos todas en prostituibles si sus reivindicaciones llegaran a algún lado.

¿Sabéis lo peligroso que es siquiera plantearse esto así en estos tiempos en los que las desigualdades cada vez se hacen mas extensas y profundas y la feminización de la pobreza se cronifica?
Cuando hablan de libre elección hablan de consentimiento, que es lo que compra el dinero del putero. No las oirás hablar del deseo sexual, porque la psiquis de la mujer prostituida no importa. Deshumanizarte de esa forma, utilizar tu cuerpo anulando tu ser, no lo hace otro trabajo cualquiera, digan lo que digan Ada Colau o Rocío Medina.
El patriarcado se reinventa continuamente para no perder su privilegio de hacer con nuestros cuerpos lo que se le antoja. La última moda es, aprovechando el esfuerzo del movimiento feminista por hacer la lucha más inclusiva e interseccional, utilizar nuestro propio discurso para deslegitimar las voces feministas opositoras a la normalización de la explotación sexual, señalándonos como opresoras. Me explico: Una vez que hemos asimilado la revisión de la doble o triple opresión de algunas compañeras como lesbiana/trans/migrante/racializada además de mujer, las regulacionistas le dan una vuelta de rosca de más al discurso y te convierten en una privilegiada; Tu voz de feminista occidental privilegiada ya no es válida para opinar de la "libre elección" de una mujer que decide alquilar su cuerpo. Yo les propuse luchar juntas contra la prostitución de las mujeres que no lo eligen libremente, las víctimas de trata, que son las mayoría de las que la ejercen, pero tampoco les sirve, dicen que eso ya es posicionarse contra la prostitución; lo dicen las mismas que se empeñan en diferenciar la prostitución de la trata. ¿En qué quedamos? También dicen que se las excluye de los colectivos feministas, lo que es rotundamente falso. Lo que se excluye son las actitudes machistas y violentas; las resoluciones impuestas, vengan de Nicaragua o de mi "compañera" regulacionista del barrio de al lado; vengan de frente, o edulcoradas...
Últimamente, le han dado una vuelta de rosca más: de feminista occidental, he pasado a feminista blanca, burguesa, de clase media. Lo de "clase media", ese invento para dividir a la clase trabajadora, ya me molesta venga de quien venga. Pero duele mas si es la compañera con las que hace unos meses me hermanaba una lucha motivada por las violencias machistas sufridas en nuestras propias carnes, la que me da de repente el papel de opresora. Las mismas compañeras con las que organizaba mesas redondas con mujeres migrantes, trans y racializadas, trabajando por unificar las luchas, hoy se pasan por el forro los consensos adoptados durante la organización de la huelga feminista y nos separan por clases sociales: arriba, las empoderadas prostitutas que piden derechos para las "trabajadoras sexuales". Abajo, la mayoría abolicionista; a las que no han conseguido echarnos con sus actitudes, estamos siendo silenciadas; muchas veces, eso sí, con una sonrisa en la cara.
Mientras todas construíamos
el puente desde abajo,
algunas se ocultaban, valle arriba,
fingiendo ser parte de nuestro trabajo.
Tiraban ramas rotas al curso del río.
Y piedras. Y hojas secas
que se volvían mugrientas.
Ya no fluía libre el río
solo se filtraba en las grietas.
Poco a poco, gota a gota,
se fue estancando el agua.
Agua que ya no era limpia.
Agua que ya no era clara.
Esperarían al puente para romper la presa,
para cruzar a galope en su caballo de Troya.
Y es que a veces la enemiga
es quien dice que te apoya.
Pero llovía. Y llovía.
Nos decían que llovía y nos meaban.
Las que llevan el paraguas
son las que ayer conspiraban.
Y la presa no aguantaba...
Aunque el puente aún está a medias
ya han empezado a cruzarlo
y yo, que puse mis ladrillos,
mi sudor y mi cemento,
quiero visibilizarlo.
¡Qué va a reventar su presa!
Construída con silencios,
con mentiras y desprecios,
hay mucho agua ya... ¡y pesa!
¡Qué si te pilla en el curso
te arrastrará la corriente!
El barco, lo tienen ellas
Te ahogarán, por disidente,
como me han ahogado a mí
sin que le importe a la gente.
¿para quién, pues, es este puente?

miércoles, 11 de abril de 2018

Feministas sevillanas a por la III


La III República no es una utopía. Es una urgente necesidad de regeneración democrática. Y puede ser una realidad, si todas nos unimos y luchamos juntas por conseguirlo. 

Fue con la proclamación de la II República y la aprobación de la nueva constitución, cuando la igualdad, también entre ambos géneros, pasó por fin  a ser una posibilidad real,  gracias en gran parte a la inclusión de las primeras diputadas, Victoria Kent (Izquierda Republicana), Margarita Nelken (Partido Socialista) y Clara Campoamor (Partido Radical). Y en especial , gracias a la aportación de la última en la redacción del artículo 25 "No podrán ser fundamento de privilegio jurídico: la naturaleza, la filiación, el sexo, la clase social, la riqueza, las ideas políticas, ni las creencias religiosas. El Estado no reconoce distinciones o títulos nobiliarios" y en su victoria en la vehemente lucha por derechos como el voto femenino, la educación o el divorcio.

El principio de una sociedad construida en base a la igualdad y las libertades alcanzadas, se vieron interrumpidas durante décadas por la dictadura machista y patriarcal de Franco; y sigue sin existir a día de hoy, en pleno siglo XXI, después de décadas de un Estado en forma Monarquía Constitucional, con un Rey impuesto por el dictador y nunca sometido a un referéndum de la ciudadanía; y con una Constitución, la de 1978, redactada sin tener en cuenta las reivindicaciones feministas (despreciadas con el "ahora no toca") y con toda una serie de preceptos claramente antidemocráticos, como la contradicción constitucional entre el artículo 1.2  “la soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado”, y el artículo 56, apartado 3, que dice “la persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad”. Es una terrible vulneración del principio de igualdad entre todas las españolas que proclama nuestra Constitución, que urge corregir. Y si para conseguir la igualdad real es necesario iniciar un proceso constituyente, que así sea.


Las mujeres de Sevilla no olvidamos las torturas, violaciones y asesinatos de muchas de nosotras, a las que esta Monarquía Constitucional, heredera del franquismo, y esta contradictoria democracia pactada, humillan cada día que mantienen impunes tanto a los torturadores y asesinos que siguen vivos, como la memoria de los que ya no lo están; no olvidamos que Queipo de Llano, que basó su poderío militar en la violencia contra las mujeres, permanece enterrado con todos los honores en la Basílica de la Macarena, mientras las víctimas del terrorismo de Estado en la dictadura, los cuerpos de nuestras abuelas, continúan ignorados en las cunetas.

Las feministas exigimos vidas dignas de ser vividas, en una sociedad que se base en la igualdad y el respeto a la diversidad. Somos conscientes de que un objetivo tan básico, es un imposible bajo el yugo de la Monarquía y la Iglesia; y estamos dispuestas a luchar por el mundo que queremos, aprendiendo de las experiencias republicanas pero sin nostalgias, mirando hacia adelante:

Hacia la III 




martes, 27 de marzo de 2018

Valor feminista: Sororidad

Si tuviese que elegir uno, sólo uno, de los valores feministas, sería la sororidad. Una palabra preciosa de la que se abusa, incluso antes de que quede claro en el imaginario colectivo que es lo que significa. Pero la sororidad tiene nombre, porque existe.

Cuando me ha tocado explicar que es eso de la sororidad entre mujeres, alguna vez he recurrido a compararla con la conciencia de clase entre la clase trabajadora. La falta de conciencia de clase, que enfermó con la invención de la clase media y fue herida de muerte con la traición de los sindicatos mayoritarios y de la élite política, es la que nos mantiene divididas permitiendo que el 1% de la población siga ganando la lucha de clases, esclavizando y matando a gran parte del resto de la población mundial. Y hablo en términos globales, porque vivimos en un mundo tan globalizado que resulta obsoleto no hacerlo. Pero hubo un tiempo, no tan lejano, en que la empatía entre la clase trabajadora era algo generalizado, y no "cosas de rojas" como lo es hoy en día. Entonces, si una fábrica con beneficios amenazaba con despedir a una trabajadora, no agachaban la cabeza y cruzaban los dedos para que fuese "otra" la elegida, sino que todas las trabajadoras se unían para defender el puesto de trabajo de la compañera. Bien, pues la sororidad, es esa empatía, pero entre mujeres. A diferencia, en lugar de estar en la fase decadente, a punto de la extinción, que sufre la conciencia de clase, la sororidad está en la primavera de su existencia: joven, inexperta, un poco verde, pero energética y luminosa.
Decía Flora Tristán que la mujer es el proletariado del proletariado. Doscientos años después, sigue siendo así. Da igual en que lugar del mundo hayas nacido, pobre o rica, seas consciente de ello o no, nacer mujer es una dificultad añadida a tu existencia. El feminismo lleva siglos diciendo esto. Que las dificultades son muy diferentes, incluso extremas depende del lugar del mundo en el que naces, tampoco es nada nuevo.  Que las feministas somos conscientes de que aún estando en el mismo lugar, ser inmigrante, racializada o salirse de la heteronorma, es una doble o triple opresión, esperamos haberlo dejado claro en la pasada Huelga 8 M, y seguimos trabajando para tejer puentes y deshacer nudos entre nosotras. Pero la sororidad, tal y como yo la entiendo, va mas allá del feminismo tal y como lo entendemos la mayoría. 
Por mi situación personal, mujer blanca, CIS, hetero, es fácil empatizar con la reivindicación de las mujeres que me rodean, que piden cobrar lo mismo que sus compañeros hombres haciendo el mismo trabajo. Es fácil reconocer la injusticia que eso supone, hasta para hombres y mujeres que no se identifican con el feminismo. Por mi sororidad, empatizo aún más con las miles de mujeres que viven en situación de semiesclavitud, trabajando para las multinacionales que visten a muchas de las que luchan, a mi lado, contra la brecha salarial. Por mi sororidad, mi conciencia como miembro de un colectivo oprimido, el de las mujeres, dentro de un colectivo oprimido, el de las trabajadoras, siendo el lugar en el que he nacido un hecho circunstancial, soy todas las sirias violadas varias veces en el camino buscando un refugio de las bombas y el terrorismo, con los que el país en el que a mi me tocó nacer, contribuye; Soy Ahed Tamini y todas las palestinas que resisten al genocidio Israelí, con el que el país en el que me ha tocado nacer contribuye; Soy todas las mujeres detenidas por rebelarse a la imposición del velo islámico en Arabia Saudí, un país con el que el Rey, Jefe del Estado en el que me ha tocado nacer, un hombre al que nadie ha votado, contribuye. Soy todas las africanas que se ahogan intentando llegar a las costas de la Unión Europea y soy las que sobreviven y son tratadas como personas ilegales, como si eso existiera. Y no me muero de vergüenza al pensar que quienes firman las leyes que permiten que todo esto suceda, gobiernan en la Europa que me ha tocado nacer, porque es tan circunstancial que yo haya nacido aquí, como que ellas hayan nacido allí. La sororidad es lo que me une a todas las mujeres del mundo; me crea lazos con aquella a quien no pongo cara ni nombre, pero por quien lloro y por quien río, por quien alzo la voz cuando silencian la suya; la sororidad es la que hace que otra grite conmigo, o por mi cuando yo me quedo sin fuerzas. 

La sororidad es el valor mas preciado del feminismo, pero también una gran desconocida, y hay que cultivarla más antes de enarbolarla tanto. Porque la sororidad, traspasa fronteras, y puede entrar en conflicto con tus privilegios como europea. 



En psicología emocional, se usa una fórmula para calcular el valor el humano: Es igual a la suma de las habilidades y los conocimientos de una persona, multiplicadas por su actitud.
 Tanto las habilidades, como los conocimientos o la actitud, se adquieren y se forman poco a poco a lo largo de la vida, pero la actitud no suma, multiplica. Es su forma de ser y no sus habilidades o conocimientos lo que valoramos en nuestra madre, en nuestro padre, nuestras hermanas y hermanos, amigas y amigos, familia, jefas, compañeras de trabajo, vecinas... La actitud de una feminista hacia otra mujer, hoy en día, debe pasar siempre por el filtro de sororidad. Porque no es el feminismo, (tan manido a estas alturas y tan lleno de connotaciones injustas, y de falsas aliadas que se agarran con la mano izquierda al feminismo y con la derecha al neoliberalismo que nos esclaviza,) lo que nos mantendrá unidas y fuertes, sino la sororidad. En un mundo tan globalizado, es necesario y urgente, para hablar legítimamente de lucha por la igualdad como lo hacemos desde el feminismo, tener en cuenta a todas las mujeres, da igual el rincón del mundo en el que se encuentren. Pensemos globalmente, actuemos localmente. Pero para ello tenemos que reeducarnos todas y cada una. Primero tenemos que deconstruir la competitividad con la que papá patriarcado nos ha educado. No es sencillo. Es mas fácil engañarnos, que conseguir que reconozcamos que hemos sido engañadas cuando todo se disfraza con el mito de la libre elección. Tenemos que convivir con las contradicciones que supone sobrevivir en el injusto sistema capitalista, entre compañeras, sin olvidarnos de que lo somos, estemos cerca o lejos.

"La que esté libre de patriarcado, que tire la primera píldora anticonceptiva"


Es la sororidad, la que nos hace sentirnos iguales bajo un mismo yugo, a pesar de nuestras enormes diferencias. Recurramos a ella, compañeras, para que no nos separen, ahora que nos hemos encontrado. Para seguir sumando.  

Yo estoy cada vez mas convencida de que la invención del feminismo neoliberal es a la lucha por la igualdad entre géneros, lo que la invención de la clase media significó para la lucha por la igualdad entre clases sociales. Pero hasta las feministas neoliberales, que hacen mas daño que bien a mi causa, son víctimas del mismo enemigo. Y es la sororidad, la que nos ayudará a no olvidarlo mientras construimos el mundo que queremos, esta vez con las mujeres. Entre todas, pensando en todas.
Un abrazo sororo,
Trama

miércoles, 14 de marzo de 2018

Las Lentejitas, Teatro Feminista

Las Lentejitas es una compañía no mixta de teatro feminista, nacida en Sevilla en una fría mañana de invierno, al calor de la Huelga Feminista del 8 de marzo.

"Ninguna es una gran actriz, pero juntas transmitimos, que es lo que importa; Como las lentejitas: Una no alimenta, pero un buen plato de ellas..."

Reunidas para trabajar lo que en principio iba a ser una propuesta de teatro foro o teatro invisible, que sirviese de difusión de la huelga, nos pusimos bajo la voluntariosa dirección de Inés, que moldeó el torrente de ideas de expresiones que planteábamos, dándole una forma visual comprensible. Después, fue María quien se encargó de plasmar, negro sobre blanco, aquella primera creación colectiva y convertirla en un guión: 
Había nacido la compañía de teatro feminista Las Lentejitas


Vídeo de la Performance Lentejitas 8M:



 

 




Campaña de Difusión Huelga 8M


YO PARO  #8 M

LA ABUELA TAMBIÉN PARA #8M


8 de febrero: Entrevista en Canal Sur
Enlace entrevista Canal Sur Noticias
#HeVenidoAHablarDeMiHuelga

20 de febrero: Charla Informativa en Casa Sáhara




26 de febrero: Moción de apoyo a la Huelga Feminista 8M en el pleno del Ayuntamiento de Sevilla. Eva Oliva (IU) la presenta y Susana Serrano (Participa Sevilla) que apoya la moción, lee el manifiesto de la Huelga 8M:
Enlace al vídeo de la presentación de la moción de apoyo
Enlace al vídeo de la lectura del manifiesto



1 de marzo: Suenan Timbres, Radiópolis.
Suenan Timbres-Razones del 8M (audio)

3 de marzo: Concentración informativa de la Huelga 8M en Plaza Nueva






6 de marzo: Feminópolis, en Radiópolis
Enlace a Feminópolis



6 de marzo: Charla Informativa en Lebrija.
Reportaje 8 M y entrevista Parte 1 y Parte 2 TV Lebrija
TV Lebrija Al Día: si-nosotras-paramos-se-para-el-mundo

8 de marzo: piquetas en Tele 5, programa de Ana Rosa

12 de marzo: Entrevista de evaluación 8M para EMA-RTV
 http://www.emartv.es/2018/03/12/8m-dia-mujeres-huelga-feminista-balance/#.Wqk05fkX3IV